Escuchar a un ateo hablar de Dios, de la Biblia , de la iglesia
evangélica y de las cosas espirituales, es como escuchar a un ciego hablando de
colores y formas…
El ateo no debería hablar del Dios de los
evangélicos,
porque para él no existe;
porque para él no existe;
no debería simular que entiende la
Biblia ,
porque siempre le estará velada;
porque siempre le estará velada;
no debería hablar de la iglesia evangélica,
porque no la conoce bien…
porque no la conoce bien…
Es grotesco que el ateo se crea teólogo, porque nunca
explicará bien lo que no cree ni lo que no entiende…
Y pretendiendo burlarse de Dios y de la religión en
sus desvaríos “teológicos”, la burla recae sobre él mismo, pero se le compadece,
porque nunca explicará bien lo que no cree ni lo que no entiende…
Y si al menos se tomara la molestia de informarse
bien de la doctrina o práctica o dato histórico de que quiere burlarse, pero ni eso
hace… Confunde el fin del mundo con la segunda venida de Cristo… entre tantos
desatinos… Y en asuntos de religión, el ateo se volvió “razonador” desinformado
que solo agrede al aire con sus desvaríos…
Genaro Poot M.
Mayo 2020.
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