El Ministerio fructífero glorifica a Dios

 

Ninguna empresa conserva un empleado improductivo; las empresas solamente pagan y conservan a empleados productivos. Pero en el Reino no lo hacemos así… El pastor disfruta su sueldo y sus privilegios, aunque no sea productivo… es que no hay quien mida su productividad… él mismo no se mide… eso se lo deja al Señor…

 Por ejemplo: ¿Ha sido productivo el trabajo en congregaciones con más de 15 años de fundación, con templo de material, bonito y equipado, pero con tan solo 15 miembros; sin células ni misiones ni iglesias hijas ni Ministros salidos de ella?… ¡Ah!, pero con pastor orgulloso de haber construido un templo y haberlo equipado… ¿No habremos confundido nuestra vocación y el Señor nos llamó para constructores y no para pastores?

 Como Ministros, lo peor que podemos hacer es ver pasar los años ejerciendo un Ministerio estéril, sin frutos, sin resultados. Piadosamente algunos se consuelan diciendo: "Yo no veo los resultados… pero el Señor sabe…". "A mi me toca hacer el trabajo, el resultado es del Señor…". "Yo solo trabajo mi Ministerio, los resultados los sabe el Señor… así que… ¡sin estadísticas!". Y con estas y otras lindas frases piadosas se quiere justificar la falta de frutos en el Ministerio.

 Pero mejor debemos reenfocar nuestro Ministerio con la Palabra, veamos…

 Luego de la última cena con sus 12 Apóstoles, Cristo les dio una excelente cátedra sobre los frutos, en cuatro puntos:

La excelente cátedra sobre el mucho fruto permanente

 1. La consecuencia de no llevar fruto

Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. (Juan 15.2).

 2. La evidencia de estar con Cristo y Cristo en nosotros es llevar mucho fruto

…el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. (Juan 15.5).

 3. El mucho fruto es lo que glorifica al Padre

En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.(Juan 15:9).

4. El LLamamiento es para llevar mucho fruto permanente

No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; (Juan 15:16).

Parafraseando lo anterior y aplicándolo a la vida Ministerial, Cristo dijo:

 Que será quitado de Él todo el que no lleva fruto; que el  Padre es glorificado por sus Ministros en que lleven mucho fruto que permanezca; que el mucho fruto permanente es el cumplimiento del LLamamiento y la evidencia de la permanencia de Cristo en ese Ministerio.

¿Qué gloria hay en haberse gastado toda la vida en el Ministerio sin haber logrado el mucho fruto permanente que el Señor esperaba?

 Frutos, resultados, estadísticas en ascenso son la única evidencia de que Cristo está con nosotros y que estamos cumpliendo con nuestro llamado al Ministerio. Ayunar, orar, aposentarse, capacitarse, innovar y dedicarse deben dar al Ministro mucho fruto permanente; si no lo hay… algo anda mal… Si no lo hay, aún es tiempo de redoblar esfuerzos y hacer los cambios necesarios para lograr un Ministerio más fructífero.

 Entender que fui llamado al Ministerio para llevar mucho fruto permanente a mi Señor me ayudó a no caer en el conformismo ni en la desidia Ministerial; me motivó siempre a ir por más resultados en la iglesia o en otras colonias o comunidades; 

"NUNCA EL MISMO NÚMERO, NUNCA A LA BAJA, SIEMPRE POR MÁS!",  

ha sido mi lema en el Ministerio.

 Estimados consiervos: Cristo nos llamó para llevarle mucho fruto permanente. De nada sirven agendas repletas de actividades eclesiales y Ministeriales, y gran derroche de recursos y dinero si al final del año no hay frutos permanentes en almas convertidas, bautizadas, recibidas en la membresía ni involucradas en el ministerio y servicio cristiano.

 En este nuevo año, deseo que lleves mucho fruto en tu Ministerio y que disfrutes del bien de tu labor con tu familia, en la prosperidad, salud, paz y armonía que concede Nuestro Señor.

 

¡Muchas bendiciones y muchas felicidades!